Cine-Diario
4 abril, 2019The New American Cinema Group
31 mayo, 2019Formato | 16 x 23 cm. |
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ISSN | 2172-0363 |
Páginas | 294 |
Encuadernación | fresada con solapas |
Colección | Shangrila revista |
Carretera perdida. Paseos con David Lynch
26,00€
Revista Shangrila nº 33
Roberto Amaba (coord.)
Dick Laurent está muerto. Esta sencilla oración copulativa forma parte de la memoria colectiva de toda una generación de aficionados al cine. Son las primeras y las últimas palabras que el espectador escucha en Carretera perdida. Podría decirse que abren y cierran la película, de no ser porque una de sus características consiste en redefinir los mismos conceptos de apertura y cierre. Enlazando ambas sentencias, un conjunto de subordinadas que se despliegan a la manera de una cinta de Moebius hasta sumirnos en la perplejidad. Pero en el mundo del arte, la perplejidad no siempre es sinónimo de confusión, ni fuente de irritación. Bien al contrario, el desasosiego, la incertidumbre y el extravío comportan, como asegura el propio David Lynch, cierto placer. Este volumen se ha realizado siguiendo esta máxima del placer y la diversión, orillando cualquier sentimiento de pérdida y quebranto.
Veintidós años después de su estreno, mientras nos empeñamos en avejentar el nuevo siglo, es oportuno regresar a una de las películas fundamentales para la comprensión del cambio de milenio. Porque Carretera perdida es la ilustración de un conflicto permanente entre los usos y los gustos cinematográficos, sociales y tecnológicos del pasado y del futuro. De aquel pasado analógico de hace dos décadas, y de este futuro digital. A la hora de esclarecer sus numerosas virtudes, conviene diversificar los intereses y los modos de acercamiento. Así, sobre esa superficie oscura y por momentos insondable, surgen líneas discontinuas de lucidez rubia, fluorescente. Análisis que nos guían por la tradición iconográfica del sexo, de la destrucción, de la mujer y de la locura. Una ruta por los paisajes, los ritmos sonoros y musicales, los caprichos fisiológicos de la mente y, en definitiva, por los distintos métodos que el ser humano ha encontrado para organizar el tiempo y el espacio de sus expresiones estéticas.
Si Dick Laurent está muerto, quizá haya llegado el momento de saber quién lo asesinó, cuándo y porqué.
SUMARIO
Introducción: Te veré dentro de veintidós años
Roberto Amaba
Imágenes de la locura y locura de las imágenes
Josep M. Català Domènech
Entre los jirones del tiempo perfecto:
El espacio como arqueología del trauma en Carretera perdida
Gabriel Cabello
Todo se desmorona. La música de la carretera perdida
Jesús Cortés
Carretera perdida y el cine topológico.
O de cómo convertir una cinta de cine en una cinta de Moebius
Juan Diego Parra Valencia
La combustión de la imagen.
En torno al uso del vídeo en Carretera perdida
Carlos Gómez
Carretera perdida: el tumblr de David Lynch
Déborah García
Poética del plano picado. Un análisis de puesta en escena
Roberto Amaba
Sexo infernal, sexo lunar
Cristina Álvarez López
«Dick Laurent está muerto»:
Adquisición de consciencia en Carretera perdida
Alfonso Livianos Domínguez
Figuras, espacios, géneros, paisajes.
De la figuración como abstracción en Carretera perdida
Israel Paredes Badia
Venus mutilada. Erótica de destrucción en Carretera perdida
Paula Arantzazu Ruiz
Carretera perdida o el nacimiento de la Lilith posmoderna
Mireia Iniesta
Unbrales de ida y vuelta.
Dirección y sentido de los títulos de crédito en David Lynch
Endika Rey
Formato | 16 x 23 cm. |
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ISSN | 2172-0363 |
Páginas | 294 |
Encuadernación | fresada con solapas |
Colección | Shangrila revista |
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